martes, enero 27, 2009

Divagaciones Intempestivas I

Yo me pregunto, ¿qué hay de malo con el hedonismo? ¿qué hay de malo en vivir al máximo? ¿qué tiene de malo el ocio? pues muy sencillo, antenta contra el sistema, contra lo que lo fundamenta, el trabajo y el negocio -nec otium, negación del ocio.
No es que se haya perdido la esperanza, es que esa cosa no es más que un engaño: aguanta, soporta, espera, tal vez exista otra vida después de ésta, y como sufriste en ésta, en la otra serás un bienaventurado, ¡cómo no se va a beneficiar el capitalismo de la esperanza! Nos llevan a guerras en defensa de ideales estúpidos, inventados por el mismo ser humano, la patria, la nación, las fronteras, la economía, el poder, y todas ellas santificadas en nombre de la idea más cínica y divinizada.
El mundo se encuentra en colapso, y lo que nos pide el sistema mediante sus burdas ideologías, de boca de un grupúsculo de gentuza sin derecho alguno a tener "el poder", y mediante los medios de dominación masiva, que tengamos fe y esperanza, que todo se va a resolver, y juegan con el límite del cálculo de lo aguantable, y con ello podemos seguir creciendo y desarrollándonos.
Pero esperar de nada nos servirá, de nada más que para condenarnos y condenar a las demás especies, menos animales que nosotros, y contemplo lo que sucede en el mundo, la infinita estúpidez humana, y solo digo para mis adentros, el homo ha dejado de ser sapiens... como no poseer vestigios de misantropia.
La esperanza, no es más que condenarnos y esperar con una sonrisa estúpida la destrucción de este planeta, y de todo lo que en él vive. Esperar, esperar, ¿no es mejor hacer algo? Y si, sencillamente nos olvidamos del sistema, de sus guerras, de su economía, de todo ese montón de excremento mental que el humano ha inventado para someterse, por miedo a la libertad, y volver a un estado hedonista, disfrutar de la vida, que es efímera como el vuelo de una mariposa.
Yo no diría "puede que dios no exista", yo sé que no existe, no tengo duda de eso, y disfruto de mi existencia, más allá de tanta cosa moral absurda, y determino mi existencia eligiendo ser hedonista, individualista, siendo yo mismo, "el único", diría Max Stirner, sabiendo que la existencia precede a la esencia, y que algo llamado la naturaleza humana no existe, pues ello implicaría que dios existe, y por ende, el ser humano como violento naturalmente, con ansias de poder naturalmente, no son más que discursos de ofuzcación, que justifican que el grupúsculo de gentuzas se mantega en el poder y nosotros, que nunca lo ostentaremos, alberguemos alguna esperanza para que la cosa cambie.
¡Cuán acertado estaba Nietzsche! para mí, el NO nos invita a filosofar, nos invita a vivir, él le escribía a un determinado tipo de personas, a las que él pensaba que sí le podían entender, Nietzsche no es para filósofos, ellos lo ven como el Tremendum del fascinosum, y NO como el vitalista que era. Más allá de la voluntad de vivir, que nos cuenta Schopenhauer, Nietzsche nos dice que hay algo más allá, una voluntad de poder, que nada tiene que ver con la dominación, sino con la capacidad de, con la voluntad de potencia. Y él, el loco, nos da el mejor regalo, mata a dios, al dios concepto, a la IDEA CÍNICA DIVINIZADA, y nos invita al goce de la vida, por eso nos dice que el máximo estado de superioridad, consiste en volver a ser niños, eso es, para mí el superhumano, el hedonista, el único, el que disfruta de su vida.
Dios no existe, la moral no existe, nada existe. y al igual que Stirner, decido fundar mi causa en la nada, en la nada creadora, y no en la totalidad represiva y destructora.
¡CUÁN NECESARIA ES LA TRANSMUTACIÓN DE TODOS LOS VALORES!