martes, octubre 23, 2007

El Asalto a la Democracia

Si el referendo hubiera sido un mecanismo que abría la posibilidad para el cambio, nunca habría sido utilizado. Fue simplemente una estrategia para deslegitimar al movimiento social que surgió entorno al rechazo del Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Centroamérica y República Dominicana (TLC).

Ante la gran manifestación del 26 de febrero de 2007, la oligarquía contemplaba -con horror- lo que tanto se temía, y que, en el resto de los países firmantes del TLC, al aprobarse este a toque de tambor, no se logró dar con la magnitud que sí se dio en Costa Rica: la movilización de la sociedad.

La plutocracia
[1] se encontraba sitiada por el surgimiento de esa idea política que tanto temen las oligarquías, la democracia. Ante esta amenaza el régimen de los Arias y el complejo industrial-comunicacional (“la Alianza”) optó por realizar una inversión ideológica, una trasgresión del lenguaje, apropiarse del término “democracia” para acabar, paradójicamente, con todo lo democrático.

El referendo es la viva representación de esa trasgresión del lenguaje. Antes de la manifestación del 26 de febrero, el régimen de los Arias se opuso rotundamente a la posibilidad de llevar el TLC a consulta popular. Si se presentaba como una conquista popular, el referendo iba a representar un duro golpe por parte del pueblo hacia el poder del Gobierno.

Tras la manifestación, el gobierno presentó al referendo, no como conquista popular, sino como concesión del poder. Es decir, rechaza la opción democrática del pueblo a determinar el futuro del TLC, y por el contrario, presenta un referendo que dotaría al régimen de los Arias de legitimación, nacional e internacional, y como objetivo principal la desmovilización de la sociedad. Con ello, se cubría con el manto de la democracia a la dictadura de los Arias, se consolida lo que he dado en llamar, la “dictadura democrática”.

La Dictadura Democrática

El 3 de setiembre del 2005 cuando era candidato Arias declaró a la Prensa Libre: “las reformas importantes como el Plan Fiscal y el TLC no avanzan. Bajo esa premisa, creo que es mejor evitar el caos y la anarquía y promover la tiranía en la democracia, es decir, un mandato claro, con un líder que sabe qué es lo quiere y quiénes le pueden ayudar a conseguirlo”
[2].

Calza perfectamente el título de Dictadura Democrática al régimen de los hermanos Arias, que culmina con el proceso de oligarquización descrita por Saxe Fernández desde 1995. De ahí que, la aprobación de la reelección presidencial abre “las puertas para una nueva ronda del clásico caudillismo y, con ello, la posibilidad del tipo de crisis políticas ya superadas en 1948”
[3]. Producto de la aprobación de la reelección, “la oligarquía se asienta en el poder con una de las peores de sus tradiciones políticas”[4]. Dictadura en cuanto, gobierno de/por/para pocos, asalta al poder mediante un golpe técnico de Estado: la reelección presidencial. “La prohibición a la reelección presidencial fue establecida para impedir la formación de oligarquías. La vigencia de la reelección también señala la oficialidad del régimen neo oligárquico”[5].

Tras abrirse la posibilidad de la reelección presidencial para garantizar la implementación del TLC y el sostenimiento de la oligarquía nacional en el poder, resulta interesante como aparece el fantasma de la corrupción. No podemos afirmar que los Arias, estuvieron detrás de toda esa cacería de brujas que se dio en el país por los actos de corrupción, pero sí que se beneficiaron de esa cacería, pues significó la eliminación de posibles candidatos presidenciales, ahora con la posibilidad de la reelección. Los medios de comunicación se encargaron de todo el espectáculo, no sería de extrañar que existiera cierta injerencia, de una “quinta columna” extranjera en las investigaciones. Se llegó a presentar a Arias y a su gabinete, como los incorruptibles, lo mejor del país. Él, premio Nobel de la paz, no defraudaría a Costa Rica; él era el capitán que ocupaba este barco que se encontraba a la deriva.

Sin embargo, quedaba un contrincante, Ottón Solís. Cómo deslegitimar a este candidato pregonador de ética: promoviendo la elección de su hermano, Alex Solís, al cargo de Contralor de la República. Una vez nombrado en el puesto, era hora de sacar todos los “trapos sucios” que se relacionaran con Ottón Solís. Tal artimaña no funcionó a cabalidad, pero de igual forma, Oscar Arias obtuvo su preciada reelección presidencial, con un Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) que hizo de oídos sordos ante las denuncias de posible fraude, y con ello se instauró la dictadura de los Arias.

Esta dictadura se autoproclamará como “esencial” para alcanzar el “desarrollo” del país. Sus políticas serán dogmas que deberán ser acatados al pie de la letra. Producto de ello, y en relación al tratado de libre comercio, la oligarquía costarricense padece de “TLCfilia”
[6]. Sin embargo, para mantener un bajo perfil internacional, acorde a los “estándares” estadounidenses, esta dictadura se presentará como “democrática”. Ellos, el gobierno, creen en la democracia, por eso, los opositores al TLC, pueden manifestarse “libremente”, eso sí, manifestaciones pacíficas, promovidas y garantizadas por el mismo gobierno, y NO, por los manifestantes. Por tanto, Costa Rica es “Democrática”. La represión policial, la censura a la opinión pública contraria al TLC, la criminalización al movimiento estudiantil universitario, son cuentos chinos, pura fantasmagoría.

En este punto es importante tener presente la explicación de Marcuse a las trasgresiones del lenguaje. “Nombres como «libertad», «igualdad», «democracia» y «paz» implican, analíticamente un grupo específico de atributos que se presentan inevitablemente cuando el nombre se escribe o se menciona (…) las trasgresiones del lenguaje más allá de la cerrada estructura analítica se convierten en incorrecciones o en propaganda (…) en este mundo del lenguaje público, el lenguaje se mueve mediante sinónimos o tautologías; en realidad, nunca avanza hacia la diferencia cualitativa”
[7].

El objetivo de esta trasgresión al lenguaje es la de hacer inmune a la contradicción a todo el discurso de dominación. En el “universo del discurso en el que los opuestos se reconcilian tiene una firme base para tal unificación: su provechosa destructividad”
[8]. Por tanto, y como se mencionó anteriormente, el uso y abuso por parte de la Administración Bush, y uno de sus aliados inmediato, el régimen de Arias, de palabras como democracia, tienen como fin último, la eliminación de todo lo “democrático”.

“La soga al cuello”

Consolidada la “dictadura democrática”, era necesario un proyecto que deslegitimara a toda la oposición, se recurre, para ello, al referendo como concesión del poder. Todo el discurso oficial, antes, durante y después del referendo, iba a estar marcada por el respeto a la decisión que se tomara en las urnas. Junto a ello, el “respeto” a las instituciones democráticas, que se tuviera una fe ciega a la “pureza” de las mismas y a los “incorruptibles” de sus miembros. Ese era el principal mecanismo para atar, deslegitimar y desmovilizar al movimiento patriótico contra el TLC.

Al finalizar el debate transmitido por Teletica, el 30 de septiembre de 2007, los representantes de la Alianza, con una perspicacia maquiavélica, incitaron a los representantes del movimiento contra el TLC ha firmar un documento en el cual se comprometían a respetar el resultado del referendo. Sin lugar a dudas, ya todo estaba listo para asfixiar al movimiento contra el TLC.
Tras el referendo -incluso el mismo día del referendo-, se puso en práctica, con gran intensidad, esa artimaña de la Alianza. Si recurrimos al diario La Nación, viva representación del Völkischer Beobachter[9], vamos a encontrar esta artimaña.

En el temido día 8 de octubre, el editorial de este diario, apuntaba que “el gran vencedor de este primer referendo en nuestro país ha sido el Tribunal Supremo de Elecciones (…) En todos estos acontecimientos, siempre complejos, emotivos y riesgosos, por tantos intereses en juego, los magistrados y el resto de los funcionarios del TSE han actuado con probidad, dominio de la materia y prudencia”. Y contra los llamados a la parcialidad de las instituciones por parte de la oposición, el editorial continúa: “esta descalificación sistemática, sin base alguna, ha dejado huella en algún sector del país, máxime cuando han participado en ellas dirigentes políticos conocidos. En todos los casos, el TSE ha sabido responder con altura y objetividad”
[10].

La deslegitimación radical o abusiva, se encontrará en días posteriores, en dónde algunos parecen haber tomado el memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez como marco teórico, o dogma, en sus escritos, afirmando que “si pasado este estresante episodio no reflexionamos, el país podría girar a la izquierda en próximos sufragios populares, al ritmo de Venezuela o Nicaragua”
[11].

Y otros, cegados por el pensamiento único, cargados de rabietas infantiles, reproduciendo discursos prefabricados, y atribuyéndole a la democracia características neoliberales, como la competencia, ¿Acaso es que en la democracia, se da una lucha a muerte entre las partes? Si esto fuera así, la Alianza demostró que es incompetente y ante el “ejercicio democrático” solo se demostró su debilidad. Por ello argumentos como “ya basta de tanta arrogancia y de seguir lanzando cargos a la institucionalidad democrática de Costa Rica. Si no les gusta someterse a los postulados y principios democráticos, pueden abstenerse de participar o bien irse para Cuba o para Venezuela, a lo mejor en esos sistemas políticos encuentran lo que quieren, pero dejen de estar mancillando la honorabilidad del Tribunal Supremo de Elecciones y de otras instituciones del país, y mucho menos arremeter contra la prensa”
[12], no son más que discursos sin fundamentos, repleto de frustraciones, y cae sencillamente en la categoría de berrinche.

Ante el llamado a “una nueva página” o mejor dicho a dejar en el olvido todas las marañas políticas de la Alianza, a que no se desarrolle una conciencia histórica en la sociedad costarricense, el editorial vuelve a cubrir con el manto de la democracia al caudillo Arias y como el adalid de la unión de la sociedad, y deslegitimar al movimiento contra el TLC, afirmando que “su acción parece encaminada a usar cualquier artilugio o maniobra para mantener, por el tiempo que les sea posible, un ambiente de incertidumbre en el país”
[13].

Ante todo, el complejo industrial-comunicacional se ha encargado no sólo de tratar de destruir la memoria histórica social, sino que, se ha encargado de monstrificar a la oposición, nuevamente utilizando el memorando, lo que de ahora en adelante deberíamos llamar “la Doctrina Casas-Sánchez” o la materia, forma y poder de una “República del miedo”.

La Lucha contra el Monstruo: la oposición.

El movimiento contra el TLC ha sido monstrificado, siguiente paso para acabar con la oposición. La democracia fue asaltada y ultrajada. El resultado del referendo cumple su objetivo, legitimar la puesta en práctica del TLC y con ello la consolidación de Costa Rica como Estado-Colonia y la búsqueda de la desmovilización social.

Sin embargo, el referendo traía consigo un resultado paralelo y totalmente contrario a lo que se difundió en los medios. La consolidación y la fortaleza de un movimiento popular variopinto en contra del TLC. Un movimiento nunca antes visto en el país. Y por otro lado, una oligarquía debilitada, deslegitimada, y que dejó en evidencia el verdadero rostro del gobierno Arias: una dictadura.

Una dictadura que no le queda otra opción que degenerar en una de seguridad nacional. Aquel tipo de regimenes que imperó en América Latina en tiempos de Guerra Fría, implantadas y sostenidas por el gobierno de Estados Unidos para contener a los movimientos populares y al comunismo que aparecían en la región, y coartaban la posibilidad a EE.UU. de explotar los recursos naturales y humanos que le permitiesen mantener su rol en el sistema internacional.

Al estar en crisis al régimen de los Arias deberá recurrir a la violencia, como respuesta a la movilidad social. Para ello, y como último paso para acabar con la oposición, el régimen se dedicará a criminalizar al movimiento, a convertirnos en terroristas. Con ello, al ser declarados como tales, perdemos nuestra condición de humanos, en términos orwellianos, pasamos a ser nopersonas, es decir, individuos sin derechos humanos algunos, que más pronto o más tarde serán exterminados.

En reiteradas ocasiones advertí sobre el peligro de la cláusula de seguridad esencial presente en el TLC (artículo 21.2). Esta cláusula, dista de las cláusulas de seguridad nacional presente en Tratados anteriores, por que de él se suprime las obligaciones contraídas en la Carta de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y seguridad internacional, dejando un portillo legal para la militarización en el territorio nacional, además de las persecuciones sistemáticas contra grupos de personas que se manifiesten en contra de las políticas estadounidenses de control y explotación de recursos naturales y humanos.

Con ello, EE.UU., o cualquier gobierno de un Estado parte del CAFTA-DR, podrían alegar, por ejemplo, que los movimientos de oposición atentan contra la “seguridad esencial”, legitimando así persecuciones como las que se realizan en los EE.UU., al amparo del USA Patriot Act, donde, personas han sido arrestadas y juzgadas como “terroristas”, sin prueba alguna en tribunales militares y posteriormente enviados a campos de concentración como Guantánamo
[14].

Este tipo de persecuciones políticas fueron practicadas por el régimen nazi en Alemania, mediante la creación de los campos de concentración que al inicio tenían un carácter de prisión preventiva para los presos políticos, comunistas principalmente y después judíos. Actualmente, se contempla en EE.UU., las persecuciones que viven la comunidad árabe y mulsumana, además de toda aquella persona que muestre indicios de oposición al gobierno de Bush.

La validación de este argumento lo encontramos en El Salvador, dónde el 21 de septiembre de 2006, se aprueba por parte de la Asamblea Legislativa la “Ley Especial Contra Actos de Terrorismo”
[15], que presenta la misma ambigüedad que el USA Patriot Act: no hay una definición clara de terrorismo. De ahí que, uno de los puntos manifestados por los defensores de Derechos Humanos en el Salvador, es que con esta ambigüedad “cualquier conducta que provoque inseguridad, intranquilidad, alarma, temor o zozobra en las personas, podría ser considerada como terrorismo”[16].

El Salvador es uno de los primeros países del CAFTA-DR - después de EE.UU.- en consolidar el marco jurídico-político para la represión de los movimientos sociales que se oponen a las políticas revisionistas estadounidenses para el control y la explotación de recursos estratégicos.

En el contexto de esta ley anti-terrorista en El Salvador, se han creado “listas negras” por parte de la Policía Nacional Civil (PNC), “lista que es compartida con los agentes Estadounidenses que son los instructores en la Academia Internacional de Policía (ILEA) y con el Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) en San Salvador. Esta lista es compartida con otras agencias como el FBI y con militares en la base militar de Comalapa, así como con los agentes dentro de la Embajada estadounidense en la Colonia Santa Elena; en esta misma lista se encuentran jóvenes estudiantes de organizaciones de la Universidad Nacional y líderes de derechos humanos, así como del sector religioso, campesino y obrero”
[17].

No es de extrañar, que si como planteo a la cláusula de seguridad esencial como la internacionalización del USA Patriot Act, esa viva representación de la Ley del Incendio del Reichtag, que le otorgó poderes plenipotenciarios a Hitler, se le exija a Costa Rica que debe implementar una ley anti-terrorista, tomando como modelo la estadounidense, para acabar con cualquier obstáculo a las políticas imperiales de EE.UU.

Es importante tener presente que a nivel internacional no existe una definición clara del espectro del terrorismo. Por el contrario, las definiciones oficiales existentes presentan ambigüedades que posibilitan la escogencia dedocrática de quien es terrorista o no. Es preocupante, por ello, las declaraciones del criminólogo y exjefe de la Unidad Negociadora de Rehenes del OIJ, Gerardo Castaing, quien afirmó que “son necesarios cambios semánticos en el Código Penal y no necesariamente una reforma”
[18], por que, precisamente, son esos cambios semánticos los que abren los portillos para catalogar a cualquier persona, o grupo de ellas, como es el caso de los Comités Patrióticos, como células terroristas.

Esta campaña de criminalización de la oposición, es encabezada por el diario La Nación, que se ha dedicado a revitalizar el macartismo de guerra fría, tachando a los miembros de la oposición de comunistas, de militantes de izquierda radical, asociando al movimiento contra el TLC a grupúsculos patrocinados por “temibles” dictaduras foráneas. No es de extrañar, por que no podemos creer en las casualidades de la vida, que bajo el artículo en el que se le exige a Costa Rica pasar la ley antiterrorista, se encuentre un artículo titulado “célula de izquierda golpeó al país en 1981”.

Si se aprueba esta ley antiterrorista, el gobierno podrá declararnos como terroristas por oponernos a la implementación de las políticas de vasallaje, y con ello, iniciará, el exterminio sistemático de campesinos, estudiantes universitarios, sindicalistas, homosexuales, intelectuales, amas de casa, sacerdotes, feministas, en fin, cualquier persona que se atreva a decir NO.
Es ante esa amenaza, ante ese asalto a la democracia, a la libertad y a la vida misma, que la sociedad, ya movilizada, debe mantenerse unida e impedir a toda costa la aplicación de dichas políticas. La unión del movimiento es el verdadero triunfo, ya que el referendo nos mostró la vigencia de una Dictadura de Seguridad Nacional en Costa Rica al mejor estilo de los gobiernos títeres nazis.
_____________________________________________
[1] El gobierno de los ricos.
[2] Fonseca, E. “Gobierno aspira a la tiranía en la democracia”. Comunicado de Prensa del Partido Acción Ciudadana (PAC). Martes 26 de septiembre de 2006. Se puede leer en los boletines del ANEP: http://www.anep.or.cr/boletin/ (subrayado de la autora)
[3] Saxe Fernández, E. 1995. Mama Chepa: Presidenta y Reina de Costa Rica. Heredia: Impresiones Alejandrinas. P. 4.
[4] Saxe Fernández, E. 2005. Colapso Mundial y Guerra. San José: Editorial Amo al Sur. P. 316.
[5] Ibíd.
[6] He llamado TLCfilia a ese apoyo incondicional por parte de diferentes grupos hacia el TLC. Pero no es cualquier apoyo, pues ha llegado a niveles casi patológicos sorprendentes. Han desarrollado prácticamente un culto al TLC, tan idéntico -y enfermo- a los dogmas religiosos, de NO discusión sobre el tema, la descalificación (aún no se a llegado a un tipo de Inquisición, en la cual se eliminan a los opositores al dogma), la degradación y censura de todos aquellos que ven en el TLC no como un mecanismo para el desarrollo de los países de la región, sino como una viva representación del imperialismo económico.
[7] Marcuse, H. 1972. El Hombre Unidimensional. 9ª ed. Trad. Elorza, A. Barcelona: Editorial Seix Barral. P. 118.
[8] Marcuse, H. Op. Cit. P. 119.
[9] Periódico del partido nazi, que durante el Tercer Reich se convirtió en el principal diario de Alemania y en la publicación semioficial del régimen de Hitler
[10] Editorial. “TSE: confianza y prestigio”. La Nación. Opinión. Lunes 8 de octubre de 2007. p. 38A
[11] Picado León, J. “Cómo se distribuirá la riqueza”. La Nación. Opinión. Martes 9 de octubre de 2007. p. 33A. subrayado nuestro.
[12] Miranda Sandí, M. “Hay que saber perder”. La Nación. Opinión. Martes 9 de octubre de 2007. p. 33A.
[13] Editorial. “Una nueva página”. La Nación. Opinión. Martes 9 de octubre de 2007. p. 32A. subrayado nuestro.
[14] Sobre el espionaje de las telecomunicaciones véase el libro de Nacho García Mostazo, “libertad vigilada. El espionaje de las comunicaciones”.
[15] Para mayor información: http://boell-latinoamerica.org/download_es/Ley_Antiterrorista_El_Salvador.pdf
[16]Adital. “Ley provoca rechazo”. 26 de septiembre de 2006. En el sitio web: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=24606
[17] Flores, F. Aplicarán ley anti-terrorista a vendedores ambulantes en El Salvador. 4 de junio de 2007. En el sitio web: http://chichicaste.blogcindario.com/2007/06/00405-aplicaran-ley-antiterrorista-a-vendedores-ambulantes-en-el-salvador.html
[18] Vargas, O. “País podría ser expulsado de red mundial antiterrorismo”. La Nación. Sucesos. Lunes 22 de octubre de 2007. p. 14A. subrayado nuestro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MAE, EXCELENTE TU ANÁLISIS.
AHÍ TE INVITO A UNA CERVECITA EN EL 00

Anónimo dijo...

Usted sabe lo que es un régimen?
Qué estudian ahora en la UNA?
Leen aunque sea Wikipedia sobre el fascismo?
Muerto de hambre ignorante y resentido, ¿eso es un trabajo académico?