martes, septiembre 22, 2009

Divagaciones Intempestivas II

  1. Requiescat In Pacem. Seamos claros, lo que realmente pretende el programa “Paz con la Naturaleza” es, precisamente, que la naturaleza descanse en paz.
  2. Costa Rica sin ingredientes artificiales, y a como vamos también nos quedaremos “sin ingredientes naturales”.
  3. La guerra es la paz. Los Arias cuando hablan lo hacen orwellianamente. Cuando nos hablan de paz hacen referencia a la guerra. Por ello paz con la naturaleza es una declaratoria de guerra.
  4. Estado de excepción. Hace 20 años Arias nos decía que los problemas de la democracia se solucionaban con más democracia. Hoy se dio cuenta que se solucionan suspendiéndola.
  5. No hay paz sin orden, y orden sin autoridad. Se defiende y promueve la definición “negativa” de paz, esto es “ausencia de guerra o no guerra”. Se concibe, además, que la paz no puede ser comprendida sin el orden, y este último, como resultado de la existencia de una autoridad. Y como somos una amenaza para el orden establecido y retamos a la autoridad, nos reprimen, nos vigilan, nos silencian, nos persiguen y nos asesinan. Y lo hacen en nombre de la paz.
  6. El diablo repartiendo escapularios. Oscar Arias mediando en temas de golpe de Estado.
  7. Consejos útiles I. No hablar con extraños, menos sí visten, hablan y son policías, ya que pueden ser narcotraficantes.
  8. Consejos útiles II. No creer en lo que digan los medios de comunicación. Estos afirman difundir verdades absolutas, cuando ya sabemos que las verdades absolutas no existen.
  9. El inútil populacho. Cuando Arias se presenta como el “capitán que necesita el barco”, es por el hecho de que la democracia, entendida escuetamente como el gobierno del pueblo, y este último degradado a masa, a muchedumbre incapaz de gobernarse, y de ahí la necesidad de un líder, con algunos rasgos de mesianismo, que lo gobierne y dirija. Pero cuando Laura Chinchilla habla de cuando asuma “la responsabilidad más grande que estoy segura encontraré en mi camino”, no es que continúe vulgarizando a la sociedad civil, sino que de plano la elimina. Ya no se necesitan los votos de las personas para acceder al poder.
  10. Auctoritas. La destitución del jerarca del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) es muestra de uno de los tantos rasgos dictatoriales de Arias: la incuestionabilidad al poder. Quien cuestione a la autoridad termina por ser deshumanizado y recatalogado como extraterrestre.
  11. Arias ufólogo. Llamar a alguien “extraterrestre” es deshumanizarlo. Y la lógica de la deshumanización es muy sencilla: Los extraterrestres no tienen Derechos Humanos.
  12. Los radicales. A Arias le gusta proyectarse, cuando ve radicales, se refiere a sí mismo. Cuando afirma que “lo más alarmante del caso, es que a lo interno de nuestro propio país hay personas tentadas por el discurso radical que recrudece en la región”. Se refiere al fascismo, esa forma que caracteriza a su gobierno y el de sus allegados golpistas.
  13. Monseñor nos cree idiotas I. Hugo Barrantes afirmó “los estados que han prescindido de Dios son cabalmente quienes resultan ser más autoritarios”, pero se le olvidan los vínculos de los nazis con el Vaticano. En la Alemania nazi hasta existía un ministerio episcopal del Reich, a cargo de la figura de Ludwig Muller. Ni que hablar de Franco en España o las dictaduras de seguridad nacional latinoamericanas. La Inquisición, el apartar la mirada ante el genocidio de la segunda guerra mundial y apoyo a dictaduras que hicieron gala de las torturas y asesinato, todo esto y más son los legados de la Iglesia Católica. Y aún así, victimizados, nos vienen a decir que la no-confesionalidad del Estado nos conducirá al autoritarismo.
  14. Consideraciones ateas I. Sí no soy creyente de algo o alguien, y juro en el nombre de ese algo o alguien, el juramento queda inválido, ya que al jurar en nombre de algo que considero absurdo e irrelevante, como la noción de dios, y no jurar en nombre de mis propias convicciones, no hay, por tanto, obligación moral alguna que me comprometa. Defender ad nauseam el mantener la noción de dios en el juramento es, sencillamente, estúpido.
  15. Una aureola para Hitler. Laura Chinchilla afirmó que la reforma al artículo 75, sobre la confesionalidad del Estado, “no debe plantearse como una precondición para garantizar la libertad de culto o la protección de los derechos humanos en el país”. No sería de extrañar que luego nos pidan que no se considere al hambre, la alienación, la hiperconcentración de la riqueza, la represión y el asesinato sistemático, como violaciones a los Derechos Humanos.
  16. Consideraciones ateas II. Guyón Massey afirmó, sobre el proyecto de ley para un Estado laico, que “es parte de un fundamento ateo que quieren establecer. No somos tan ingenuos como para pensar que es un laicisismo sano el que están planteando”. En realidad si son ingenuos, sobre todo sí se cree en eso.
  17. Sobre la cultura de la muerte I. Para Guyón Massey, la “cultura de la muerte” abarca varios temas como “Eutanasia, aborto, píldora del día después, matrimonios entre personas del mismo sexo, guías sexuales, cero discriminación, proyectos que penalicen toda forma de discriminación”. Pero parece que se le olvidó mencionar como característica de la “cultura de la muerte”, a las guerras y otras atrocidades declaradas en nombre de dios.
  18. Consideraciones ateas III. El “laicismo sano” no es otra cosa que un Estado confesional de facto. Es un Estado que no es confesional, pero la religión seguirá manteniendo sus privilegios como cobrar sus “diezmos estatales” y analfabetizarnos sexualmente. El “laicismo sano” es el argumento de una “religiosidad enferma”.
  19. Sobre la cultura de la muerte II. Cínicamente Massey cataloga como parte de la cultura de la muerte a la cero discriminación y a los proyectos que penalicen toda forma de discriminación. Luego nos hablarán de soluciones finales y de figuras multicolores para discriminar a los diferentes enemigos de la “comunidad” y de todo “lo sano” y “cristiano”. ¿Después nos hablarán de los campos?
  20. Consideraciones ateas IV. Laura Chinchilla afirma que “La mención a Dios no atenta contra la libertad de culto ni discrimina entre credos religiosos” ¿Y los/as qué creen en varios dioses? ¿Y los/as que creen una o varias diosas? ¿Y los/as que NO creemos en dioses? ¿Acaso por la mención de un único y masculino dios, un déspota, opresor, voyeurista y vengativo, NO se nos conculca nuestros derechos a quienes son politeístas o, como yo, a los que consideramos que creer en dioses es absurdo?
  21. Retorno al oscurantismo. Massey afirma que “lo que pretenden con este tipo de propuestas –la del Estado laico-, es allanar el camino para que todas las corrientes de la llamada 'cultura de la muerte' silencie las voces de quienes se oponen y ojalá hacer a un lado a Dios para dar lugar a la dictadura del relativismo”. Más claro, imposible.
  22. Consideraciones ateas V. La confesionalidad del Estado es parte del pensamiento medieval. Recordemos que el dogmatismo medieval conduce a la Inquisición.
  23. Monseñor nos cree idiotas II. Hugo Barrantes afirmó “¿Cuál referente ético tendría si quitamos a Dios –del juramento-, por ejemplo, para luchar contra la corrupción?”. ¿Y los actos de corrupción de las personas que juraron en nombre de dios? El problema no es la falta de uno o varios dioses. El problema son los dioses.
  24. Influenza presidencial. Se transmite por el contacto afable con gorilas hondureños y halcones estadounidenses. Por eso Arias y Uribe se contagiaron.
  25. Hablando de Uribe. Tras el golpe de Estado en Honduras, los países de América Latina se reunieron de emergencia para estudiar el acontecimiento. Uribe no asistió. Se encontraba reunido con Barack Obama, con quien bromeaba sobre un tercer mandato. Ahora sabemos por qué reían: Zelaya aún busca recuperar su cargo y Uribe va por el tercer mandato, ¿dónde habrán quedado los golpistas defensores de la democracia, que alegaban que es de dictadores querer perpetuarse en el poder?

viernes, septiembre 18, 2009

Carta a un periodista parcializado

Aún espero sus argumentos. Espero ver toda su investigación histórico-periodística sobre los vínculos de Hugo Chávez con el narcotráfico y el terrorismo; su amenaza para la región, o que es un dictador. ¿Dónde están los argumentos? Ustedes, los acríticos defensores del oficialismo, deslegitiman toda crítica por que, o sólo presentan una crítica sin soluciones o propuestas, o las críticas son consideradas como imposibles de alcanzar. Pero ¿dónde están sus argumentos que sustenten sus “investigaciones periodísticas” u opiniones? Es ahí cuando se enojan y lanzan insultos con los mismos propósitos de un misil, destruir a su objetivo.

Bueno, imagino que un periodista, un editorialista y un diario de “respeto” buscan informar con algún grado de objetividad y no ser sensacionalistas, amarillistas y parcializados ad nauseam. Aunque ambos sabemos que tal aseveración es una ingenuidad un tanto idealista. Primero sabemos que al igual que dios, la objetividad no existe y que todo es subjetivo. No existe imparcialidad alguna, como en la guerra la neutralidad es tomar partido, en este caso con el bando asesino e invasor.

Segundo, lo sensacionalistas, amarillistas y parcializados ad nauseam, lo comprendo a la perfección: el fin justifica los medios ¿No? Cumple objetivos políticos. Ambos sabemos muy bien qué es la política, bueno o al menos espero que muy en el fondo tenga una ínfima noción de ella. El/La político/a sabe muy bien que la gente de a pie no conoce y/o entiende cabalmente ese arte y ciencia que representa la política. No entienden nada de eso de la lucha por el poder. Menos van saber sobre esto último, el poder, entendido como el control, de una o varias personas, sobre las mentes y las acciones de otras personas, parafraseando a Hans Morgenthau.

Me queda claro, su posición y la del diario y demás medios alineados y partícipes de la policracia autoritaria, ese singular pacto intra inter-oligárquico para gobernar este país. Esto en cuanto “Bloque Histórico”, de acuerdo con Antonio Gramsci, busca alcanzar la hegemonía, entendiendo a ésta –la hegemonía- como el consenso y la coacción. Lo que se pretende es la dominación mental suficiente para proseguir conservando –y acumulando- poder. Por cierto, ¿sabía usted que el III Reich también se caracterizó por una policracia autoritaria?

Pero sabe, ahí es donde todo se viene abajo, en que siguen subestimando a la gente. Por eso es que el neoliberalismo y demás políticas están fallando en este continente principalmente. Por que la explotación es exagerada, al igual que las mentiras que se reproducen diariamente por algunos medios de comunicación. Es que es tan exagerado todo esto, que termina por parecerse a una violación, y tras de eso nos piden que sonriamos mientras nos ultrajan. Si algo he aprendido es que la gente no es idiota, y no se si usted algún día lo entenderá.

Y si nos encontramos ad portas del fin del ya fracasado proyecto neoliberal, es por culpa de los neoliberales mismos, por miopes y explotadores. Y ahora buscan acabar con sus demonios, Chávez es uno de ellos. Los Chávez, los Evo y los Correa, entre otros, son el resultado de décadas y siglos de explotación, persecución, represión y asesinato en estos lares, desde tiempos de la colonia.

Pero sus ataques contra Chávez y demás presidentes latinoamericanos que no se apegan a los mandatos y que no son del agrado del establishment estadounidense, en realidad no nos dicen nada contra Chávez y los otros presidentes. Por el contrario, lo que esos ataques nos hablan y describen son a quienes los perpetran. Es decir, esas monstrificaciones no nos dicen nada del monstruo o del monstrificado, sino que nos describen al monstrificador. Por eso ven a Chávez en todas partes, por que en todas partes necesitan justificar sus asesinatos, persecuciones, represiones y golpes de Estado.

Terminan por convertir a los presidentes latinoamericanos no alineados con ustedes, en unos Emanuel Goldstein, en el villano cuasi omnipresente y que constantemente atentaba contra el orden establecido en la novela de George Orwell, 1984. Pero recordemos que nada se nos decía de Emanuel Goldstein, al contrario, toda la novela nos describe al verdadero villano omnipresente: el Gran Hermano.

Por eso cuando nos hablan de la “peligrosa” carrera armamentista que se está desarrollando en América del Sur, y sobre todo presentar a Chávez como el culpable de ello, lo que nos están diciendo tácitamente, por que la información se oculta o tergiversa, es que la “peligrosidad” de esa carrera armamentista reside en el hecho de representar una defensa contra los embates del imperialismo, en las últimas “pataleadas” de un moribundo, que para mantenerse respirando, con gran dificultad, necesita de guerras y socavamiento de soberanías. Es peligroso por que amenaza los proyectos de explotación. Es peligrosísima esa carrera armamentista –siendo sarcástico-, por que a la mayor “potencia” militar del mundo, la que aporta el 42% del gasto militar mundial, es incapaz de ganar una guerra, y peor aún, contra Estados pequeños e “insignificantes”.

Todo esto trae a mi mente a dos personajes que podrían ser el reflejo de algunos periodistas. Me refiero al ciudadano Kane y a Joseph Goebbles. El primero, decía algo así como “ustedes pongan los ejércitos que yo pondré las guerras”, posiblemente me equivoque con la exactitud de la cita. El segundo, Goebbles, decía algo así como “miente, miente tantas veces hasta que sea verdad”. Inventar enemigos y mentir están a la orden del día. Nuevamente el fin justifica los medios. Por eso se lucen cuando utilizan el miedo a diestro y siniestro, cuando hacen gala del terrorismo mediático, ese que cubren con el manto del derecho a la “libertad de expresión”.

Esto me lleva a contarle una máxima que se me ocurrió sobre la libertad de expresión: “en nombre de la libertad de expresión se han dicho las peores estupideces y cometido las peores atrocidades”. Y esto no significa que hay que suspender la libertad de expresión, al contrario hay que comenzar a aplicarla ampliamente. Es inadmisible que sólo unos tengan derecho a expresarse libremente, saturándonos de mentiras, miedos e idioteces, y los otros, nosotros los de abajo, no podamos contestar y expresarnos cabalmente.

Ahora bien, Friedrich Nietzsche decía algo así como “se corre el riesgo de que al ver al abismo, el abismo termine viendo dentro de nosotros”. El problema de andar viendo monstruos en todas partes es que termina por hacernos monstruos también. Es una cuestión de los reflejos en el espejo, como apuntaría Franz Hinkelammert.

El andar inventando enemigos lo que genera es una profundización de la distinción política específica, la reafirmación del pensamiento de Carl Schmitt, el ius filosofo del Nacional-Socialismo. En otras palabras, la necesidad de inventar monstruos conlleva a la necesidad de declarar guerras, y con esto la necesidad de consolidar un Estado Total que garantice la unidad política y acabe con la disidencia, todo esto nos lleva a la aparición del fascismo. Al absolutizar al enemigo más totalizante debe ser el Estado, y se conduce a la declaración de una Guerra Total, una guerra de exterminio. La profundidad del abismo nos absorbe y controla.

Y todo esto nos lleva al maniqueísmo, a una dicotomía radical del bien y del mal, ya absolutizados. A usted le gusta mucho, o al menos así lo percibo, presentarse como el protector de la verdad, cubrirse con un manto de justicia que proyecta a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo como causa justa. Entonces comienzan a utilizar la doctrina del bellum iustum –guerra justa-, muy parecida a la utilizada por los cristianos para justificar las invasiones que caracterizaron a las cruzadas. Por eso a quienes no piensen como usted, y como el establishment oligárquico nacional e internacional, es asociado con el narcotráfico y el terrorismo, y eso es muy grave.

La absolutización del bien y del mal conlleva al exterminio moral de todas aquellas personas que no comparten los cánones impuestos como verdaderos y buenos. El exterminio moral genera una deshumanización del otro. Unos/as otros/as deshumanizados/as, o no-personas, conlleva a la eliminación de derechos y garantías, un despojo de los rasgos fundamentales de la existencia humana. Se crean no-personas, seres vivos pero inexistentes que terminarán por ser exterminados. El exterminio moral y la deshumanización del otro presentan como bueno, moral y humanamente aceptable el exterminio físico de la otredad.

Por último, imagino que su único y mejor argumento, ad hominem por supuesto, es que soy chavista, o ¿dirá que soy un terrorista? En realidad, no tengo color político, no soy chavista, ni bolivariano, ni izquierda o derecha, ni socialdemócrata, ni neoliberal, ni capitalista ni comunista o socialista del Siglo XXI, ni nada. Eso no significa que sea neutral, al contrario, y como usted también puede afirmar, si no lo ha hecho ya, yo también defiendo principios e ideales. Sólo que los míos no los presento como verdaderos, ni únicos, ni emprendo cruzadas contra los que no piensen como yo, ni miento ni infundo miedo para que calen mis principios e ideales. En eso me diferencio de usted, no actúo como esbirro de las clases dominantes de ninguna de nuestras latitudes. Por cierto, lo que me motiva a seguir mis ideales, es precisamente eso, que son ideales y no causas perdidas, modelos fracasados, como el neoliberalismo y el capitalismo. Y por ser un sistema fracasado es que nos quieren volver a imponer el fascismo.

Pero sé que de igual forma me seguirá categorizando, ya que a falta de argumentos, sólo se disponen de los insultos. Es probable que ni siquiera entienda mis palabras, y por ello vuelva a decirme “mucha paja para no decir nada”. Se de antemano que jamás comprenderá ciertos vestigios stirnerianos que poseo: “nada ni nadie sobre mi. Nada ni nadie sobre nosotros”. Imagino que siente un terrible miedo y aversión hacia la libertad, por eso necesita de dioses y gobernantes a que servir y someterse.

Pero no me enojo, pienso que le gusta proyectarse. Que en el fondo, sabe que es usted el que no dice nada; el que nunca presenta argumentos; el que descalifica; el de los ad hominem; el que no informa sino que dicta e impone sentencias; y que pese a sentirse en el pináculo de algún remedo de jerarquía, no tiene los argumentos para debatir, que es servil y está ideologizado, pese a que le gusta aparentar ser objetivo. Todo un dogmático medieval en pleno siglo XXI.

En fin le recuerdo un aforismo de Nietzsche que dice así: “la forma más pérfida de hacer daño a una causa es defenderla intencionadamente con malos argumentos”.

No tengo más que decir.